Muchas personas al acercarse fin de año acostumbramos hacer un balance del año que termina. Esta, si bien es una buena costumbre, puede ser peligrosa en quienes tienden al pesimismo, pues su visión negativa, quizás les perjudique aún más. Ese no es nuestro caso ¿verdad?, pero… en este año tan particular ¿hacemos un balance?
Que fue un año distinto, no cabe dudas; difícil para todo el mundo, pero debemos aceptarlo como efectivamente lo fue: un año más de nuestras vidas, por lo tanto, al igual que con los anteriores, nos atrevemos a hacer un balance, aún sabiendo que hubo proyectos que quedaron en el camino debido a las medidas que cada país tomó, pero de seguro hubo otras cosas no previstas, que estos meses tan atípicos nos permitieron capitalizar.
¿Cómo hacer un buen balance personal del año?
Para hacer un buen balance es recomendable buscar el lugar y el momento indicados; me refiero a un lugar donde nadie te interrumpa y un momento en que puedas realizar esta tarea con calma, sin sonidos que te alteren ni te distraigan, facilitando así el pensar y recordar lo acontecido con más detalle.
¿Qué aspectos incluir?
No hay una receta que hay que seguir “sí o sí”, los consejos que te dejo aquí son simplemente eso: consejos; tu podrás incorporar hechos y aspectos conforme los sucesos más importantes que te hayan ocurrido en este periodo.
* La rueda de la Vida
Una de las cosas que suelo hacer es un ejercicio de PNL llamado “La rueda de la vida”. Consiste en dibujar un círculo en un papel y realizarle divisiones tal como las ves en este dibujo. Pueden ser por ejemplo, pareja, salud, familia, dinero, trabajo, vida social, actividades de ocio y crecimiento personal. Ocho divisiones son las habituales, pero si sientes que algún área importante para ti ha quedado fuera, por supuesto, puedes agregarla.
A partir de allí, nos tomaremos un rato para pensar como se desarrolló el año en cada uno de esos aspectos, cuáles fueron los sucesos destacados y así podremos definir cual ha sido el grado de satisfacción en cada área importante de nuestra vida.
Esta forma gráfica, nos ayudará a ver que aspectos de la vida se han manifestado adecuadamente y cuáles aún resta desarrollar. A ver, un ejemplo podría ser: destino mucho tiempo a mi trabajo pero no a hábitos que protejan mi salud. Consecuentemente, y de cara al nuevo año, resultará bueno modificar esa postura y dedicar más tiempo al cuidado de la salud.
De la misma manera, si mi faz vinculada a actividades de ocio cuenta con un lugar destacado pero no así la de mi obtención de dinero, habré de tenerlo en cuenta para modificar mis prioridades. En fin, cada uno lo manejará conforme su proyecto de vida.
* Evaluar éxitos y aprendizajes
Preguntas tales como ¿Cuáles fueron mis éxitos?, ¿Cuáles fueron mis mayores dificultades?, ¿Cuáles fueron mis grandes aprendizajes? son vitales, porque nos mostrarán cuáles han sido las experiencias que más nos marcaron en el año.
Las respuestas que obtenga sobre estas preguntas deberé inspeccionarlas en una profundidad aún mayor, por ejemplo, qué fue aquello que permitió que algo sea un éxito, o qué comportamientos propios contribuyeron a mejorar o empeorar una situación.
Es decir, dar un paso más allá del mero recordatorio de los hechos lindos y no tan lindos del año, buscar -lo más objetivamente posible- dónde estuvo mi contribución para que ello ocurra.
Esto me permitirá reiterar los comportamientos que me llevaron a buenos resultados y modificar aquellos otros que no me llevaron en el sentido deseado.
* Ser comprensivo conmigo mismo/a
Así como a fin de año hacemos un balance, a principios del año siguiente nos ponemos metas ¿no es verdad?
Pues bien, es habitual que al llegar al mes de diciembre advirtamos que muchas de esas metas no se cumplieron, con más razón en este 2020 tan especial donde no pudimos disponer de nuestras libertades como en los restantes años.
Por lo tanto te pido por favor que no te auto-castigues, no te culpes, ni te maltrates por aquello que no pudo ser. La vida te está regalando una nueva oportunidad de iniciar un nuevo ciclo, acéptalo con optimismo y ve tras tus metas una vez más.
¿Y luego del balance?
Con todas estas reflexiones habremos llegado a más de una conclusión seguramente.
A ver, por ejemplo, en mi caso, -y por supuesto dejando fuera el tema de la preocupación por la pandemia-, ha sido un año de gran evolución personal pero con muy poca vida social; con muchos aprendizajes que el aislamiento obligatorio me dejó; buen balance económico y de salud, pero un mal balance familiar en razón de la enfermedad de uno de mis seres queridos. Sin entrar en mayores detalles, ese sería un balance personal sobre el año 2020.
¿Qué hacer a continuación? No olvidarnos de agradecer por todo, lo bueno y lo que nos fue enseñado en estos meses ¡nunca olvidemos agradecer!
Luego evaluar si las experiencias llevadas adelante en el año condicen con la vida que quiero para mí, ¿voy en el camino correcto? ¿es esto lo que quiero para mí?
A partir de las respuestas que nos demos, comenzaremos a dibujar las metas para el próximo año, y la rueda de la vida seguirá girando, solo que ahora, ya contamos con un grado mayor de evolución y nuevas experiencias que nos permitirán evitar reiterar errores y estar un paso más cerca de nuestro propósito.