Estilos de liderazgo

¿Conoces los distintos estilos de liderazgo?

La forma de ser líder no es en todos los casos igual, existen diferentes estilos de liderazgo tanto en la vida en general como en el entorno de laboral en particular. Cada uno de ellos tiene sus ventajas y desventajas.

Tener claro esto es muy importante, ya que, más allá de los niveles de liderazgo ya tratados en otro post, los estilos de liderazgo influyen en los trabajadores,para bien o para mal. 

Estilos de liderazgo buenos y malos

Esta distinción es sumamente importante ya que, estilos de liderazgo positivo pueden mejorar el rendimiento de los empleados y su bienestar.

Por el contrario, estilos de liderazgo negativo o perjudicial generarán sin dudas un mal clima laboral, estrés laboral, éxodo de empleados en busca de otros rumbos, o errores frecuentes en el desarrollo de la labor.

Han sido muchos los investigadores que han prestado atención a este fenómeno y son muchas las teorías que hablan sobre ello. A continuación, vamos a comentar seis estilos de liderazgo, seguidos por Daniel Goleman, cuatro de ellos son positivos y dos de ellos peligrosos, aunque no necesariamente negativos ya que pueden ser útiles en situaciones concretas.

Los cuatro estilos de liderazgo señalados como positivos son los siguientes:

I.- Líder visionario: “Ven conmigo”

Este tipo de líder tiene una visión clara a largo plazo y moviliza a las personas hacia esa visión; transmite entusiasmo. Con él, el ambiente de trabajo suele ser distendido. Las normas para el éxito están puestas sobre la mesa en igualdad para todos, brinda libertad de experimentar e innovar.

Se trata de un estilo de liderazgo muy motivador. El equipo de trabajo conoce el objetivo a lograr, y por eso se sienten orgullosas de “pertenecer”. Hay un gran compromiso con los demás integrantes del mismo.

Un buen líder visionario comparte el conocimiento, desarrolla a sus subordinados, conecta con los sentimientos de sus empleados, facilita que muestren sus emociones, sus expectativas y promueve la iniciativa. En definitiva, está muy conectado con su equipo de trabajo.

Una de las ventajas del liderazgo visionario es que retiene a los buenos empleados para seguir compartiendo la misión, los objetivos y los valores del equipo.

Existen una serie de competencias en las que se apoya el líder visionario:

  • Conciencia de uno mismo;
  • Confianza;
  • Transparencia;
  • Empatía;
  • Inspirar al equipo;
  • Catalizar cada posible cambio.

Estos líderes tienden a hacer buen uso de la comunicación no verbal y estimular a los trabajadores. El grupo se reúne en torno al líder por su gran capacidad de comunicación y su carisma.

Un gran problema es que sus errores se perdonan y sus logros se mitifican no permitiendo ser objetivo en torno a los resultados que ofrece o a sus capacidades.

II. Líder Coach: “Hagámoslo, ¡podemos!”

Los líderes con este estilo se caracterizan por querer ayudar a los miembros de su equipo a identificar sus fortalezas y debilidades y a vincularlos a sus aspiraciones personales y profesionales. Animan a los trabajadores a marcarse objetivos de desarrollo a largo plazo y a establecer un plan de acción para alcanzarlos.

Su tarea principal, dejando de lado la consecución de los objetivos que se ha marcado la empresa, es la de formar a los trabajadores y contribuir a su desarrollo, tanto personal como profesional, lo que supone una mejora notable del clima laboral y del rendimiento.

En este tipo de liderazgo es básico un buen diálogo y una óptima comunicación entre el líder y su equipo. En cuanto a la actitud, el líder coach se siente comprometido con su equipo y demuestra confianza hacia todos los miembros.

El éxito o no de este estilo de liderazgo estará marcado por la predisposición del individuo a aprender y crecer, ya que fracasará si sobre personas carentes de dicha motivación de autosuperación.

Un buen coach:

  • Es un excelente motivador;
  • Es un buen líder;
  • Mantiene una cálida relación con sus subordinados;
  • Conoce bien a la gente que lidera;
  • Cree en sus subordinados, se preocupa por ellos y espera lo mejor de los mismos;
  • Su objetivo principal es que cada persona sepa identificar sus puntos fuertes para saber aprovecharse de ellos;
  • Ayuda a trazar un plan para que todos alcancen sus objetivos;
  • Sabe estimular el desarrollo y la superación personal de sus empleados;
  • Tolera los errores, y los utiliza como fuente de información y estímulo;
  • Debe contar con experiencia, sensibilidad y empatía.

El coaching promueve el desarrollo de las capacidades y habilidades de los subordinados.

El principal objetivo de este estilo de liderazgo según Goleman es el desarrollo del talento de las personas. Contribuyen a que los empleados identifiquen sus fortalezas, debilidades y aspiraciones profesionales, ayudando aestablecer metas de desarrollo.

III. Líder afiliativo: “Las personas son lo primero”

Este estilo de liderazgo gira en torno a las personas. El líder afiliativo se esfuerza para que la relación entre las personas sea armónica. Sus emociones están por encima de las tareas y los objetivos. Los empleados tienen la libertad de hacer su trabajo en la forma que consideren más eficaz.

Es un tipo de liderazgo adecuado si se desea construir armonía en el equipo, mejorar la comunicación, cuando el equipo es nuevo o cuando hay que motivarlos durante situaciones de alto estrés. En contraparte, puede dar la impresión de que se tolera un rendimiento bajo. Debería combinarse con otros estilos para ser eficaz.

Este tipo de líder se caracteriza por crear vínculos emocionales entre los miembros de su equipo, y hace que las personas desarrollen un sentimiento de pertenencia con la empresa y el grupo.

Un buen líder afiliativo sabe ir generando poco a poco capital emocional al que acudir cuando la ocasión lo requiere, pero…

Si el líder solamente se apoya en este tipo de liderazgo está arriesgándose, porque la importancia de alcanzar resultados y objetivos acaba estando en un segundo plano y puede llegar a desencadenar un equipo mediocre y sin dirección alguna.

Aunque sea un buen método de liderazgo puede llegar a tener consecuencias negativas, como por ejemplo:

  • Dificultades para cumplir los objetivos; 
  • Un exceso de afiliación empeora el clima laboral;
  • No afronta los problemas y conflictos;
  • No es un liderazgo adecuado en situaciones complejas.

Hay que tener en cuenta que muchas personas tienen un estilo de trabajo pasivo en el que todo depende de tener instrucciones muy específicas, situación que en este liderazgo no se da. En estas situaciones, los trabajos pueden no cumplirse cuando los miembros del grupo no son dinámicos por sí mismos y nadie les controla. 

Muchos estudios parecen demostrar que el tipo de liderazgo laissez-faire puede llevar auna productividad pobre, sacrificándolo todo por la posibilidad de tener un buen ambiente de trabajo a corto plazo.

A largo plazo los problemas surgidos de la falta de rendimiento y el exceso de filiación de algunos integrantes del equipo, hacen mella en el clima organizacional.

IV.  Líder democrático: “¿Qué opinas?”

Los trabajadores tienen voz y voto en las decisiones incrementando así, la flexibilidad y la responsabilidad. El líder participativo busca siempre la toma de decisiones por consenso, las personas que se encuentran en un sistema democrático tienden a ser muy realistas acerca de qué puede o no ser logrado.

Este estilo funciona cuando el líder no está seguro sobre la mejor dirección a seguir o cuando necesita generar ideas frescas para lograr los objetivos. A su vez, este estilo pierde sentido cuando los empleados no están lo suficientemente formados suficiente para aportar opiniones válidas.

El líder aquí se muestra interesado en conocer las inquietudes, criterios o ideas de sus subordinados, y más que como jefe actúa como uno de ellos. En los asuntos o problemas importantes la decisión definitiva no deja de ser suya, aunque permite participar a todos sus subordinados, haciendo que la decisión se convierta en algo compartido.

Características del líder democrático:

  • Fomenta la participación activa de su equipo;
  • No margina a nadie y agradece la opinión de cada miembro;
  • Su objetivo principal como líder es el bien grupal;
  • Tiene en cuenta cada una de las opiniones de sus subordinados;
  • Delega tareas en otros y confía en la capacidad de su equipo;
  • Ofrece ayuda y orientación;
  • Provoca iniciativas;
  • Estimula el sentimiento de pertinencia del equipo;
  • Se preocupa más por el desarrollo del equipo que por el resultado.

Ya hemos explicado los cuatro tipos de liderazgo positivos, a continuación explicaremos los dos estilos de liderazgo disonantes o coyunturales:

V. Líder timonel: “Haz lo que yo espero sin necesidad de que te lo cuente”

Este tipo de líder se centra sobre todo en la tarea, rendimiento y objetivos de su equipo de trabajo; en indicar el rumbo, el ritmo y en reclamar el rendimiento.

El líder timonel lo que hace es controlar continuamente cada uno de los pasos de sus subordinados. Siempre está demasiado centrado en la tarea, en los objetivos a corto plazo, y no advierte las necesidades de sus empleados.

Es un liderazgo quizás de los más utilizados, no obstante, no es suficientemente efectivo en el desarrollo del talento de los trabajadores. A largo plazo, se produce fuga de talento si este líder no enriquece su estilo.

El líder implanta estándares muy elevados de rendimiento. Las normas de trabajo no son explicadas con claridad por parte del líder, quien simplemente espera que las personas sepan lo que deben hacer. Así, muchos empleados se sienten agobiados por las exigencias y lo rutinario del trabajo.

Aclararemos que no es malo que los líderes reclamen un cierto nivel en el rendimiento de sus subordinados, ya que el trabajo debe generar buenos resultados. No obstante, este estilo de liderazgo no es una buena opción para motivar a los trabajadores y lograr un buen clima laboral. 

Por lo que respecta al clima laboral de este tipo de liderazgo, puede acabar dañándose ya que los trabajadores no ven recompensado su esfuerzo y, en cierto modo, no se sienten útiles. Se limitan a seguir las pautas marcadas por la persona al mando sin aportar nuevas ideas. Por otra parte, este estilo de líder no acostumbra a felicitar a sus trabajadores por el trabajo bien hecho, ya que considera que es su obligación hacerlo bien.

VI.  Líder autoritario “Haz lo que digo”

Es un tipo de liderazgo que exige a los subordinados acatar las órdenes, sin explicaciones de ningún tipo. Suele resultar frecuente, aunque poco recomendable.

Este tipo de líder -también llamado coercitivo- impone su autoridad, normalmente presionando y gritando, no sabe delegar, se centra en los errores que cometen los demás, parte de la base de que lo normal es hacer las cosas correctamente, y que solamente debe censurar lo mal hecho. Ante el error no enseña, sino que castiga de algún modo a sus subordinados.

Algunos líderes autoritarios logran éxitos aparentes a corto plazo, pero dejan secuelas negativas para el futuro. A largo plazo no se consigue el éxito, porque los subordinados se desmotivan y dejan de transmitir ideas por miedo a ser rechazados.

Este tipo de liderazgo si bien es el menos eficaz puede funcionar bien en situaciones de crisis, cuando la reacción inmediata es un factor determinante o con trabajadores problemáticos con quienes todo lo demás ya haya fracasado. Así se usaría en casos muy puntuales y por poco tiempo. 

Este líder asume la responsabilidad en la toma de decisiones, dirige y controla, todo se centra en el líder. De hecho, considera que es la única persona capacitada para tomar decisiones importantes y que los trabajadores no son capaces de guiarse por sí mismos sino que necesitan que alguien lo haga por ellos. Tiene el control y tiene la fuerza. Los trabajadores deben acatar sus decisiones y le deben obediencia, ya que el líder va a observar sus niveles de desempeño.

es_ESEspañol